La vida y la poesía

Entendí que la vida es muy diferente a una poesía.

Que las rimas, nunca riman,
que los puntos y a parte,
no siempre implican un nuevo renglón,
que los errores se repiten
y no es ningún recurso de estilo.

Que el mate siempre está: o más frío o más caliente.
Que los silencios dicen mucho más que las palabras,
pero que los besos callan el doble.

Que las miradas, profundas y sinceras,
son la mejor primera impresión,
como también la más transparente.

Que la piel condiciona, que demuestra y enamora.

Que robar una sonrisa,
vale y perdura más
que robar el mejor beso.

Que no siempre tenemos
tantos amigos como pensamos,
porque las buenas, también se comparten.

Que las personas se vuelven importantes en nuestra vida,
solo por un pequeño e impredecible giro del destino
que la mayoría de las veces, está relacionado a algo muy sencillo:

Una sonrisa,
una mirada,
un secreto,
un amanecer,
una palabra justa, en el momento justo,
una lágrima compartida,
un beso,
una caricia,
un abrazo acogedor,
una noche de sexo,
un orgasmo perfecto,
el momento en que nos hacen ver
esas cosas que no podíamos ver solos.

Entendí también,
tal vez examinando
mi vida y mi propio actuar,
que nos preocupamos más
por el "que va a pasar" o "como sigue esto"
que por vivir y disfrutar cada segundo el momento.

Que los recuerdos, tarde o temprano,
se los lleva el viento y que si éste no sopla,
el mismo trabajo lo hace el tiempo, o nuestra memoria.

Que para grabar para siempre tenemos
las palabras, el dolor y la piel.

Y por supuesto también, tenemos la poesía,

esa genialidad que por fortuna,

es diferente a la vida.



LokoPoeta