domingo, 17 de noviembre de 2013

Tiempo



Tiempo para sentir,
tiempo para planear,
tiempo para abrir los ojos
y buscarte cada mañana.
Tiempo para conocerte,
tiempo para juzgarte,
tiempo para cambiarte,
tiempo para resignar/me.
Tiempo para aprender a amarnos,
tiempo para recorrer tu cuerpo,
tiempo también para darnos cuenta,
que nunca aprendimos nada,
a pesar del tiempo.
Tiempo para el silencio,
tiempo para la furia,
tiempo para los gritos,
para el odio y la tormenta.
Tiempo para reírnos,
tiempo para mirarte,
tiempo para grabar tu sonrisa
integramente en mi alma.
Tiempo para disfrutarte,
tiempo para soñar a tu lado,
tiempo para verte dormir,
y llenarme de tu paz.
Tiempo para sufrir tus tiempos
tiempos que no van a la par de los míos.
Tiempo para sangrarte,
tiempo para hurgar en la herida,
tiempo para agigantar el dolor,
y así mutarlo en alimento.
Tiempo eterno,
tiempo corrosivo
tiempo danino,
tiempo como adjetivo,
sustativo y acción.
Tiempo para encontrarme,
tiempo para perderme,
tiempo para escaparme,
del tiempo este maldito.
Tiempo para morirme,
tiempo para viajar-me,
tiempo para enfrentar y asumir
mi colección de fracasos.
Tiempo para enloquecerme,
tiempo para indagarme,
tiempo para esperarte,
tiempo para retirarme.
Tiempo para estar erguido,
tiempo para ir a buscarte,
tiempo para reinventarnos,
antes de que sea tarde.
Tiempo sin tiempo,
tiempo extenuante,
tiempo que todo diste
y haz de llevarte.


LokoPoeta


martes, 3 de septiembre de 2013

Desierto de ausencia

 

El infierno empezó de nuevo.
Estoy tirado en la cama y soy un espectador.
El techo parece estar a kilómetros,
las paredes se agrandan y se alejan con cada segundo.
La ausencia gana territorio con cada minuto que pasa.
Y yo desde acá, desde la cama, observo todo.
Cada uno de los objetos de este cuarto me habla de vos.
Cada prenda de ropa, perfume, papel, la lámpara,
el ropero... cada cosa tiene una historia tuya para contarme.
Recorro la cama una y otra vez,
la palpo, la subo, la bajo , le doy vueltas...
pero no te encuentro, no estás.
Entonces empiezan las preguntas
(sin respuestas),
las imágenes en la cabeza,
los recuerdos, los momentos,
el tormento mental.
Trato de responderme,
y me encuentro culpándome,
de todos los errores que cometí,
de mi ansiedad, de quererlo todo y ya,
para mí, para vos, para nosotros.
La culpa de vivir este karma
de ser tan sensible,
de necesitar tanto,
de no poder medir losputossentimientos.
Y vos tán fría,
tan calculadora,
tan en su medida,
tan colgada del brazo de la libertad
con los ojos cerrados.
Me duele la espalda, la tensión es tremenda,
me doy vuelta y encuentro una montaña de "mochilas" apiladas sobre mí.
Empiezo a mirarlas
y tienen errores, pifiadas,
disculpas en vano, una bolsa grande que dice:
"La misma piedra: el artículo número uno para simbolizar
la repetición de errores desde comienzos de la humanidad".
Todas tienen mi nombre,
pero también cuando empiezo a examinar a fondo,
me encuentro con mochilas que son tuyas:
irritabilidad, nerviosismo, orgullo, dolor,
miedo, cansancio, violencia, DUDA.
No entiendo porqué estaban sobre mis hombros.
Pero igual las llevé, tal vez sin darme cuenta,
pero lo hice sin quejarme.
Mirándolas surge la pregunta:
¿Siempre viajaron conmigo o las dejaste cuando te fuiste?.
Nunca me lo voy a poder responder.
La luz se empieza a colar por las rendijas de la persiana,
y es el único indicio que tengo que afuera ya empieza a asomar el día.
Esta habitación no tiene relojes,
el celular hace rato que quedó sin batería
y se murió por algún rincón entre las sábanas.
Yo me senté en la computadora a escribirte,
y decidí que era buena idea detener el reloj.
Ahora marca 2 de septiembre de 2013, 23:15 horas.
Ahí, para mí, es donde terminó el indicio del tiempo.
Ahora vivo en un desierto atemporal.
La cama ya está deshecha,
es toda una masa amorfa
que se esfuerza en mantenerme con ella,
en hacerme parte de sus laberintos,
y yo la complazco, no tengo razón para escapar.
Vuelvo a mirar,
vuelvo a repasar cada historia de
los objetos que hay en mi cuarto,
no sé si es una casualidad (si es que existen)
una certeza, o una burla del destino,
pero cada objeto tiene para decir algo de vos...
(o tal vez es mi mente creando relaciones que no existen).
Entonces me lleno de angustia,
me abrazo a la almohada y lloró.
Lloró con fuerza, con ganas,
pensando que si lo hago lo suficientemente fuerte,
voy a poder sacar todo este dolor de adentro,
extirpar el vacío,
pero no sirve de nada.
Me vuelvo a fundir en la cama.
Entonces como sorpresa,
ahí en un rincón,
como escondido,
como esperando a ser descubierto
en el momento exacto,
me encuentro tu pijama.
Siento un alivio, una oleada de paz adentro mío,
como si el objeto inanimado y expectante,
me viniera a consolar.
Lo abrazo tan fuerte que lo estrujo todo.
Tiene tu perfume.
Y eso te hace estar acá.
Entonces lo acomodo, me abrazo a él,
y lo convierto en mi tesoro más grande.
Lo huelo, le hablo, lo trato como si estuvieras conmigo,
le digo, "gorda te extraño, vení abrazame".
Y el está ahí y me abraza,
y parece que tu perfume
se va a quedar para siempre conmigo.
Entonces me tapo, lo vuelvo a mirar
y me duermo tranquilo abrazado al pijama.
Pero pasadas las horas, vuelvo a despertar.
Afuera del otro lado de la puerta,
se escuchan voces, movimiento, gente viviendo,
recuerdo que tengo una familia.
Pero decido quedarme acá,
con mi infierno,
con mi cama,
con mi tesoro,
con mi pijama.
De vez en cuando alguien abre la puerta,
se asoma y me pregunta por la comida,
yo les respondo: "no, gracias, estoy bien".
Y me acuesto otra vez,
y le hablo a tu pijama
para sentirte cerca.
Y me pongo a esperar,
este tiempo sin tiempo,
en este desierto de ausencia,
en el que decidí vivir,
esperando el día
en que decidas volver.
Te extraño,
te necesito,
te amo,
sólo espero que estés bien
en donde quiera que estés.
 
 
LokoPoeta


viernes, 7 de junio de 2013

Entrañas



Estoy frente al espejo... ahí estoy.
Una montaña de causas y efectos,
un puñado de decisiones mal tomadas,
un montón de vestigios de perdones rematados.
Siempre subido a la vorágine de las intensidades,
con la soga en el cuello de mi "yo racional",
con los hilos tensados, cuelgo para el show.
Y una vuelta, y otra vuelta, y también una más...
¿cuánto es posible presionar a mis límites?;
jugar a marcar una "x" más, más allá del horizonte,
rayuela sin cielo ni tierra, solo el vicio de jugar una-vez-más.
Y abajo de los párpados, allá en algún lugar,
donde la mente dibuja conectada a la sangre,
que bombea para recordarme (cada segundo): "estás vivo"...
debe yacer el amor.
Caliente, espeso, justo para servirse a 36 o 37 grados,
depende de la locura, la intensidad, lo cotidiano del día.
A veces juego a creer que lo controlo,
me divierte la idea de pensar de que puedo manejarlo.
Pero cuando el viaje termina 
y la adrenalina se baja de mis venas,
el paño me muestra cada vez menos fichas,
y una sonrisa irónica
de este "dígalo con mímica" del libre albedrío.
Y me olvido de quién soy,
de quién era,
de lo que quería ser,
y me encuentro de nuevo volviendo a la tinta,
mientras escondo la dinamita,
y sigo midiendo la mecha: una y otra vez.


LokoPoeta

lunes, 1 de abril de 2013

Amar es debilidad




Amar es debilidad,
y no hay más vuelta que darle.
Creemos ser inmensos, grandes,
y es una ilusa ilusión.
Amar es debilidad,
y hasta un rey, el más tirano,
puede entregarte el reinado
escuchando al corazón.
No hay cura, no hay soluciones
no hay elixir, no hay pociones,
que te haga entrar en razones
y te aleje del amor.
Amar es debilidad,
y nos para ante el espejo
más profundo, mas añejo,
que te muestra el ruin reflejo,
de tu oscuridad peor.
Amar es debilidad,
y harás lo inimaginable
soportarás lo insoportable
por un segundo de amor.
Amar es debilidad,
y nos hace ser esclavos
venderemos lo impensado
sólo por un orgasmo más
con los ojos bien cerrados.
Amar es debilidad,
no me canso de gritarlo,
de decirlo, de plantearlo,
esperando que algún día
nos domine la razón...
Amar es debilidad,
pero el instinto es más fuerte,
la ceguera incoherente,
el enamoramiento una ilusión.
Amar es debilidad,
te lo repito, mi amigo,
lo firmo, yo lo he vivido,
y es el más dulce dolor.
Amar es  debilidad,
y ya no busco recetas,
soy débil y soy poeta,
me alimento del amor.


LokoPoeta


martes, 19 de febrero de 2013

Malos Aires


 

En los tiempos en que muero
sólo viajar me renueva
irme bien lejos de todo,
irme cerca de mi centro;
y si hoy no tengo fuerzas,
si soy ajeno a mis huesos,
si no existe mi lugar,
ni abrazos para mis sueños
tendré que hacer mi camino
seguir la voz que está adentro
fusionarme con el todo
y entender mi sufrimiento.
El viaje me está llamando
lo siento correr por dentro
la ruta sonríe cómplice,
el momento es incierto
¿Y si decido partir y no
hay fecha de regreso?
¿Alguién lo comprenderá
o me señalarán mil dedos?
Nunca fue este mi lugar,
nunca me sentí completo,
siempre me quise escapar,
pero siempre ganó el miedo.
¿Tengo mucho por dejar?
tal vez por eso me quedo.
Y si decido volar,
¿que llevaré en mi vuelo?
La guitarra queda acá,
nunca fui un buen compañero,
mi voz tiene que viajar,
irme sin ella no puedo.
El amor y la amistad,
mi dolor y mis deseos,
son grandes para cargar,
pero viajan con el tiempo.
Lo que fui se queda acá,
lo que soy, lo estoy midiendo,
lo que traiga al regresar,
será sólo crecimiento.
Lo que no puedo dejar,
es lo que soy, lo que tengo,
las letras y algún papel
la tinta la llevo adentro.
¿Cuánto quedará esperar?
¿Cuándo marcaré ese cero?
¡Cuánto cuesta desafiar
y poder vencer los miedos!
Malos aires, me haces mal,
no me encuentro, ni te quiero,
sé que te voy a dejar,
y que queda poco tiempo.


LokoPoeta