jueves, 14 de octubre de 2010

De esa lluvia en primavera, y el hallazgo de una nueva piel


Bajo, y la calle me recibe, diferente.
El olor a lluvia me atrapa, se cuela por mis poros,
y me despierta, mucho más allá de mis sentidos.

Camino, voy a encontrarme, sin saberlo.

Y mientras, sin prisa, pero con pausa: el cielo me admira;
mientras floto en esa vereda tan caminada, pero a la vez, tan nueva.

Entiendo, soy otro.
Y me estoy empezando a respirar.

Y recibo esa primera gota, que me inunda,
y me encuentra de nuevo,
otra vez (y por vez primera),
en esta esencia, de ser, otra vez yo.

Miro el cielo, la lluvia me calma...
y descubro un montón de sensaciones cruzándome la piel.

Respiro.

Me ahogo en una gran bocanada,
de este aire tan nuevo,
tan fresco, con su olor a lluvia,
y a alguna mirada nueva.

Y cierro los ojos,
y veo esos ojos,
esa mirada de tormenta,
que me baña, que me espía,
cálida y llena de frescura.

Y las flores se estremecen con las gotas,
y se sienten, hoy, de nuevo, un poco más hermosas,
de lo que ayer, habían logrado ser.

Es solo una noche de lluvia más,
y mientrás la ciudad se entrega
al orgasmo mecedor de su caricia,
yo entiendo, veo, y descubro, otra vez,
y despúes de la sequía
este elixir de nuevas sensaciones.

De un poeta,
de una mirada,
de una piel,
y una lluvia en primavera
que me vuelve a desnudar.



LokoPoeta

1 comentario:

  1. Mirada al cielo, brazos extendidos... Asì te imagino loko poeta, renovandote con la energìa de la lluvia de primavera, los ojos cerrados, la mente abierta y el cuerpo vibrando al compas de esos ojos que todo lo pueden. Salud!

    Abrazo,
    Ais.

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